Las plantas han venido utilizándose como remedios curativos desde el principio de los tiempos. Los primeros homínidos ya empleaban hierbas para tratar sus enfermedades, y según ha ido evolucionando la civilización, las plantas medicinales han ido acompañando al hombre. Es fácil imaginar a los brujos y chamanes de las tribus prehistóricas preparando cataplasmas con raíces exóticas y administrando infusiones para curar todo tipo de fiebres. Y así, durante muchos siglos, la principal base con la que contaban los médicos y curanderos, para tratar y devolver la salud a las personas, eran las plantas medicinales.
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Se puede hacer actuar a las plantas tanto ingiriéndolas por vía interna, como aplicándolas externamente. En el primer caso hay posibilidad de elegir entre la infusión, la decocción, la maceración, etc. En el segundo caso, se puede recurrir a una gran variedad de preparados que actúan directamente sobre la piel o, por ósmosis, en el interior del organismo.
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Hoy en día, es bien cierto que hay quien ve en las plantas un recurso antiguo, folclórico, esotérico, blando o poco efectivo en comparación con un fármaco de marca, pero también lo es que la fitoterapia es una ciencia tan respetable como otra cualquiera y en torno suyo se llevan a cabo innumerables estudios científicos cada año, que tienden a demostrar con mayor o menor éxito la potencialidad terapéutica de una determinada planta o principios activos presente en ella.
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La idea de tener en casa un botiquín de hierbas y plantas medicinales es tan fácil y práctica como económica. Solo se necesita conocer cuáles son sus propiedades, formas de conservación y los diferentes métodos de preparados y aplicación para cada dolencia.
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Volver a la medicina natural, no solo evita que nos expongamos a los efectos secundarios y demás componentes químicos (inútiles para nuestro cuerpo pero sí para su conservación, procesamiento en síntesis, etc.) que nos ofrece los medicamentos sintéticos, también nos acerca a la naturaleza en toda su sabiduría, la cual nos ha brindado desde siempre los recursos necesarios para curar y vivir de manera más pura y saludable.
